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Espacio Consciente entrevistando a Escribo Mi Mundo

Entrevista de María Belén Probst, de Mbpespacioconsciente, en su ciclo Conversaciones Conscientes, a Silvana A. Savio, de Escribo mi Mundo. 

18 de Octubre, 2022


M.Belén: Bienvenida, querida Silvana, a este espacio de Conversaciones Conscientes. Este es el primer encuentro de 2022. Estoy super ilusionada. 

Silvana: Muchas gracias. Este es también el primer vivo que hago como Escribo mi Mundo. Los que vine haciendo hasta ahora trataban sobre otros temas de psicología, pero esta es la primera charla específicamente sobre los conceptos de Escribo mi Mundo y las posibilidades de la escritura terapéutica. Por eso tengo tantas expectativas y estoy tan contenta. 

M.Belén: Primero me gustaría que te presentes como quieras. 

Silvana: Silvana Savio es mi nombre y soy Doctora en Psicología. Durante mucho tiempo me dediqué a hacer psicoterapia con temas regulares de los problemas de todos los días de las personas, también de pareja y familia porque hice una maestría en ese tema. Después la vida me fue llevando para ayudar a las personas en duelo y también específicamente en duelo por suicidio a partir de una experiencia del mejor amigo de mi ex marido. Así es cómo fui entrando en ese tema tan específico, aunque  siempre continué en asistir a las personas con otro tipo de duelos también.
De a poco fui incorporando la escritura a mi práctica más y más, y fui ahondando en la escritura terapéutica desde la psicología. 

Hace ya dos años que comencé con mi emprendimiento de Escribo mi Mundo, que se trata de ayudar a las personas a conectarse con lo que sienten, con lo que piensan y con lo que necesitan a través de la escritura terapéutica. Aunque no es exclusivamente escritura porque siempre está la palabra del encuentro de por medio. Pero luego, entre los encuentros, hay un gran trabajo de escritura y ahí es dónde se potencia todo el proceso de la persona. 

M.Belén: Sil, te quería preguntar: La escritura terapéutica ¿es terapia?  ¿Es como hacer terapia?

Silvana: Mmm….., no, no. Justamente me gusta definir bien. Porque hay dos palabras: escritura y terapéutica. Ambas palabras pueden confundir. Porque al hablar de escritura algunas personas pueden decir: “Chau, esto es literatura y no es para mí. Yo no tengo pasta de escritor. No sé escribir”. Y yo les digo, si sabés leer y llegaste hasta acá, a saber de qué se trata esto, sabés escribir. Si sabés escribir lo básico ya podés trabajar con la escritura terapéutica. Porque se trata nada más que de expresar…, expresar el interior a través de la palabra escrita, usando las mismas palabras que cada uno usa al hablar.  Entonces no hay que ser escritor. A mí me gusta llamarnos de “escribidores”. Tenemos que ser escribidores.

M.Belén: Escribidor, sí, me gusta, me gusta, porque le da otra impronta. 

Silvana: Escritor parece como una cosa profesional y preparada. Y acá se trata de poder poner las emociones y lo que a uno le pasa en palabras escritas. Pero, así, tal como hablamos, igual que como hablamos, con las interjecciones que usamos, con los errores, con todo. Eso en cuanto a la escritura.
Y es terapéutico pero no es necesariamente terapia. Porque no reemplaza una terapia. Puede potenciar la terapia. Es más bien para autogestionar tus emociones. Sobre todo con las técnicas específicas. Porque vos te podés poner a escribir como catarsis y eso ayuda a aliviar emociones, pero en ese caso sería como sacarle muy poco jugo a la escritura terapéutica. Hay un montón de técnicas orientadas a objetivos precisos, como si fuera una caja de herramientas de escritura terapéutica, y ahí vos las podés elegir para sacarle el jugo, para vos autogestionar tus emociones:  ¿Qué es lo que querés lograr?  ¿Sanar cosas del pasado?  ¿Mejorar tu bienestar?  ¿Proyectarte hacia el futuro? Un montón de cosas que se pueden hacer, escribiendo uno para uno mismo. No es terapia pero todo esto produce efectos terapéuticos sí o sí. 

M.Belén:  ¿Cómo es que vos planteás las propuestas?  ¿Es un taller?  ¿Varios encuentros?  ¿Tenés formatos hechos o te abrís a lo que alguna persona te plantea? 

Silvana: Tengo formatos hechos porque hay que presentar algo. De algún modo hay que presentar lo que hago para que la gente pueda ver de qué se trata. Entonces tengo ciertos formatos hechos. 

+ Está el formato de Conecta Contigo: Se trata de escribir para uno mismo, aprendiendo técnicas de autogestión emocional. Voy brindando técnicas de escritura terapéutica mientras las vamos poniendo en práctica con temas en particular que la persona quiere tratar. Mientras va aprendiendo cómo trabajar esas técnicas las vamos practicando con temas en concreto y la persona ya va aprendiendo y las va poniendo en su caja de herramientas para después poder seguir haciendo una autogestión de sus emociones. Eso sería el formato básico. Este taller de Conecta Contigo lo planteo como ocho encuentros, que no necesariamente son semanales porque muchas veces la persona necesita más de una semana para estar trabajando sobre un tema. Todo proceso lleva su tiempo y a veces se necesita más de una semana para poder procesar, reflexionar, escribir, repensar.

+ Está también el taller de Historias de Vida Guiada. Este tiene un formato donde se van tocando distintas dimensiones de la vida de cada uno. Hay mucha gente que quiere hacer su autobiografía. Empieza cronológicamente y cuando se llega más o menos a la adolescencia, se abandona porque los recuerdos son tantos y es tanto lo que se puede incluir que se hace imposible y se abandona la tarea. Con el método de Historias de Vida se van abordando distintas dimensiones, como ser la relación con los padres, la relación con los hermanos, uno y el dinero, la vida profesional, la familia que uno armó, las creencias y valores, la relación con el cuerpo, etc. Se ahonda en los recuerdos y en cómo se vivenciaron esas experiencias; se aborda una etapa de la vida y en lo que significó en el cuadro general. Se logra así una autobiografía completa.  Luego, si se quiere, se puede seguir agregando más información dentro de cada tema e incluso se puede ir reorganizando el orden en el que aparecen las historias.
Es una tarea que se puede hacer como balance de vida en un determinado momento, quizás  cuando uno está terminando una etapa y quiere hacer un balance de lo vivido hasta ahí para iniciar la etapa nueva; se puede hacer cuando alguien se retira de la vida laboral y quiere hacer un cierre de lo que fue la etapa activa y laboral para iniciar una etapa de disfrute, sin tantas responsabilidades como en la etapa productiva; se puede dejar como legado para la familia.
Y siempre, siempre, aunque no lo busques, como producto secundario, está ese algo terapéutico que sucede cuando lo ves desde una perspectiva, cuando lo ves desde lo que ya pasó, cuando mirás hacia atrás. Al reflexionar desde el presente, uno resignifica y se produce ese efecto terapéutico. 

+ Además ofrezco otra instancia de la escritura terapéutica, que es el caso de personas que han vivido una circunstancia en particular y que quieren compartirlo con otras personas porque creen que es valioso hacer visible y explicar de qué modo han transitado esa circunstancia. Aquí hay un doble valor: hay un valor terapéutico en el escribirlo y hay un valor terapéutico en el compartirlo, porque quien lo lee, quien lo recibe también se va estar nutriendo de las experiencias del que ya vivió las circunstancias. Quien lo lee puede aprovechar las experiencias, puede no sentirse solo, puede sentir que otro ya transitó el camino y sentirse acompañado, o al menos comprendido. 

+ Así, a grandes rasgos, te conté los formatos básicos de cada taller que puede ser grupal o individual. A partir de ahí a mí me gusta charlar con cada persona interesada porque esto es algo totalmente personalizado. Por eso es que no hay dos talleres iguales, especialmente cuando lo hago a nivel individual. 

Incluso después de cada encuentro en vivo, me focalizo en preparar las consignas de escritura y las envío por PDF en un cuadernillo de consignas que va preparado especialmente en base a lo que charlamos con esa persona en ese encuentro. 

Por eso no es un cuadernillo que se pueda compartir, porque es totalmente personalizado y va preparado en base a lo que se habló en ese encuentro con esa persona. No lo trabaja escribiendo sobre el PDF, porque eso sería muy limitado y estructurado. Siempre les digo que tengan un Cuaderno de Compañía, en el cual se puedan explayar con todo gusto, si quieren escribir poco, si quieren escribir mucho…..

M.Belén: También me parece que además tus talleres son un proceso de autoconocimiento, ya que he tenido la oportunidad de hacer estos encuentros hermosos con vos. Fueron una grata sorpresa, fue un regalo. Por momentos fue caótico. Era sumergirnos las dos en lo que yo sentía, un caos. Y quiero contar que en mi proceso personal hubo momentos de bloqueo, donde yo le escribía a Silvana y le decía que tenía la hoja en blanco, que no puedo y que cómo hago. Y Silvana tiene un montón de herramientas para ir dándole vueltas a la cosa y que de a poquito uno empiece a tirar de ese hilo y pueda volver a escribir. Es una hermosa experiencia y esto me gusta, que puedas aclarar que no hay que saber escribir con técnica literaria ni tener un determinado vocabulario. Es un proceso personal que me aportó y que me sigue aportando porque me quedó esta cosa de seguir escribiendo. Y tiene un peso mucho más fuerte escrito que dicho. 

Los bloqueos dice Naty, una participante. Los bloqueos….

Silvana: Los bloqueos, que en realidad en estas actividades, no son bloqueos para escribir sino que son bloqueos para lograr contactarse con uno. Y eso es algo que hay que ir haciendo de a poco, porque uno se va contactando con partes interiores a las que hay que atreverse. Porque algunas partes son muy dolorosas en ciertos casos y uno se tiene que ir acercando de a poquito. Además también tienen que ir confiando en la relación conmigo. Yo digo que acompaño, que contengo y que oriento. Pero, ¿cómo podría esa otra persona que todavía no me conoce, confiar en que la voy a poder contener? Yo entiendo que haya que empezar con cautela. Hay que empezar con cautela para ir viendo que efectivamente los voy a poder ir conteniendo. Porque a veces las emociones se desbordan y hay que ver que el otro te pueda contener. 

+ Muchas veces la escritura terapéutica se aborda desde talleres literarios y no desde un taller de psicología. En realidad esto tiene poco que ver con un taller literario.   Yo lo abordo desde la psicología. Porque lo que estamos buscando no es que escribas lindo sino que puedas expresar tus emociones, tus vivencias. Y en ese contactarte con tus emociones es donde se producen los desbordes, los dolores, las sorpresas. 

Incluso hasta sorpresas gratas, porque hay un montón de casos, sobre todo en un taller que tengo en formación que se llama Tu Jardín Secreto, que es justamente para encontrar ese jardín que solemos esconder porque es hermoso y de tan hermoso es muy vulnerable entonces lo protegemos mucho; todo eso se puede sostener y contener desde la psicología. Ahora, en un taller literario, es más difícil que la persona que lo está facilitando pueda sostener y contener toda esa parte emocional. 

+ Muchas veces sucede que alguien inicia un taller de Historias de Vida para escribir como testimonio lo que ha vivido y después decide que lo quiere publicar para regalar a la familia o amigos, o para compartir con el público en general porque son experiencias de vida valiosas. 

Pero la primera parte, antes de pensar en publicar, es tratar de volcar todo para uno, porque si ya de entrada lo empezás a escribir pensando en cómo lo vas a escribir lindo para que lo lean otros, ya te estás condicionando. 

Por eso lo estructuro en dos etapas: Una primera parte es el taller para volcar todo lo que uno quiere y necesita decir. Volcado en crudo. De una manera que no es lo que se va a mostrar al exterior, pero sí es la que va a ser totalmente terapéutica porque ahí se va a poner todo de todo. Después se va a tratar de recortar algunas partes y hacer más lindo. Y recién ahí es cuando uno puede ir, si quiere, a un corrector literario. Pero esa primera parte que es la de la honestidad con uno para poder volcar todo, ahí sirve más la psicología que la literatura. 

M.Belén: Es cierto. Y además esto que aclarás, lo del primer proceso de escribir en crudo. Ahí hay una riqueza que si no se escribiera, se perdería. En todo el proceso que nosotras hicimos, descubrí que había muchas cosas que estaban en mi cabeza pero que cuando las pude plasmar en papel tomaron otra dimensión porque les pude dar el detalle. Porque si no, sólo quedaban como una idea en mi mente. Y hasta me sorprendía en el momento de escribir de todo lo que tenía adentro y que desconocía. Es de una riqueza propia y además de lo que el papel significa como desahogo.

Silvana: Cuando está en la cabeza la idea está de una manera menos tangible. La podés tener muy completa pero no está tangible. El desafío radica en articularla en palabras. Cuando la bajamos a palabras,  ¿qué tratamos de bajar?  Tratamos de bajar esas imágenes, los colores, los olores, los sonidos, todo eso que tenías en la cabeza dando vueltas tratamos de ponerlo en palabras. 

M.Belén: En palabras y un poco en orden, ¿no? Lo ordenamos, me parece, escribiéndolo.

Silvana: Primero acordate que yo te decía: “Escribilo como salga pero escribilo”, y después buscábamos ordenarlo. Porque si uno trata de hacer ese orden mientras lo saca, deja mucho en el camino con tal de ordenarlo. Y vos le pusiste una palabra. Vos decías: “Voy a escribir en vomitona”

M.Belén: Es verdad!!

Silvana: En vomitona sale todo desprolijo pero al menos sale todo. Y después buscábamos darle orden a ese caos.
Ahora, esa energía que lleva mantener todo en la cabeza, porque son muchos pensamientos  muchas memorias, muchos recuerdos, muchos meses o muchos años, todo eso es una tremenda energía que una está tratando de mantener cohesionado en la cabeza. Porque son cosas muy importantes de la vida que uno no quiere olvidar y uno está haciendo mucho esfuerzo por mantenerlo siempre ahí en la cabeza. Entonces, si bien es un esfuerzo ponerlo por escrito, es un esfuerzo que uno hace una vez al volcarlo sobre el papel. Pero después se liberó, se liberó espacio. Se liberó espacio en la cabeza. Se liberó energía porque ya sabés que si lo necesitás podés ir a buscarlo y lo encontrás allí sobre el papel. Eso a mí me da una sensación de alivio tremendo no sólo en la cabeza sino en el pecho. 

M.Belén: A mí me dio particularmente la sensación de decir “me saqué una mochila de pensamiento, de palabras, de emociones, de adentro”. Es raro explicarlo. Y sí, con todas las hojas que escribí!

Intento explicarle a alguna amiga de qué se trata el taller que hicimos, los encuentros que tuvimos. Porque si bien teníamos una hoja de ruta, en algún punto íbamos dándole forma nuevamente mientras caminábamos,

Silvana: Tener una hoja de ruta, tener un plan, tener una estructura, es importante porque si no uno se pierde para cualquier lado y esto no tiene fin. Uno tiene que tener una hoja de ruta. Después uno se puede desviar, ir y venir, hacer disgreciones, atajos, incluso hasta se puede rever esa hoja de ruta y modificarla. Pero es necesario partir con una hoja de ruta porque si no vamos para cualquier lado y es una desprolijidad. 

M.Belén: Además me parece que lo que tiene el papel es que luego se puede leer. Es esta oportunidad de releer y ver en perspectiva lo que transitamos. Y hacer este proceso propio de reflexión, de sanación, cómo lo transitamos. Me parece que hasta que yo no lo experimenté no fui tan consciente de eso.

Silvana: En tu caso estábamos escribiendo testimonio de lo qué viviste y cómo lo viviste y te estaba dando técnicas para lograr tus objetivos, pero sin darte necesariamente el nombre de esas técnicas que te proponía. Ibas escribiendo en una especie de catarsis, en esa vomitona. Pero una vez que lo leías, aunque fuera inmediatamente después, ya te generaba una perspectiva y una reflexión y vos te sorprendías.

+ Hay muchas técnicas, que tal vez no son las que uno elegiría para escribir, porque es lógico que haya unas que se sientan más afín a uno que otras. Siempre sugiero que se hagan todas y que se dejen sorprender, déjense sorprender. Muchas veces decimos: “Wow, pensé que era una estupidez esta consigna que tenía que hacer y me sorprendí por lo que escribí”. A mí me ha pasado igual. Yo me comprometí con hacer todas las consignas que pido hacer a los demás y me quedé con la boca abierta por lo que aparece. Después uno dice: “ ¿Yo escribí esto?” Entonces, es dejarse sorprender, porque uno ni imagina lo que puede aparecer. 

M.Belén: Sí, tal cual. Y además esto: la escritura es un gran recurso terapéutico. Viste que a veces uno propone que la persona haga otras cosas más holísticas además de la terapia convencional, tipo Reiki, Círculo de Mujeres o Arteterapia, pero yo por lo pronto nunca había pensado que la escritura me podía servir. A pesar de que en mi caso personal siempre escribí por inspiración o por algo en particular. Y cuando comenzamos juntas, tuve que explorar desde otro lado la escritura y descubrí todo lo que generaba en mi, todas las emociones, ver que las palabras no se las llevaba el viento, que ya estaban en un papel. Por eso lo considero super recomendable. Estoy super agradecida. 

Silvana: Creo que esta forma de escribir que yo llamo Escribir para Uno Mismo o Conecta Contigo, es el vehículo por excelencia para poder comunicarse con uno. Porque primero está siempre escribir para uno y después se verá si se quiere hacer algunos cambios para que lo lea otro, pero primero siempre hay que tener la libertad de saber que es sólo para uno mismo.  Así como si vos te juntas con una amiga y te ponés a charlar, con uno mismo,  ¿cómo haces?  ¿Te sentás a mirar la nada a pensar? Bueno, sí, lo podés hacer. Hay técnicas de mindfulness, meditación. El escribir, yo lo veo como una forma de conversar con uno. Yo me siento con mi taza de café, agarro mi cuadernito y es ese momento de encuentro conmigo. El escribir es ese momento de contactarme conmigo. Si me pongo a pensar, puedo pensar, pensar y pensar, pero después ese pensamiento se fue, se fue volando. En cambio escribirlo, lo articula. Porque el pensar es mucho más rápido y en definitiva se evapora, es evanescente. Al escribirlo se queda articulado. Es ese conectarse con uno mismo. Y cuando uno se acostumbra, eso de andar con el cuadernito a cuestas como hago yo, se torna una necesidad.  Al final necesito algún momentito en el día para charlar conmigo. Es ese momento de decir  ¿cómo voy?,  ¿cómo estoy?,  ¿cómo me estoy sintiendo?,  ¿qué me falta hacer? En el vaivén del día son esos cinco minutos de la pausa con el cafecito en el que escribo y me contacté conmigo. 


M.Belén: Silvana, esto hace falta aclararlo: que estos talleres, estos encuentros son también virtuales, así que no hay excusas con que uno no está cerca. Nosotras no nos conocemos en persona, aunque en algún momento lo vamos a concretar y hemos hecho los talleres de forma virtual. Sin conocernos sentí tu calidez, sentí tu apoyo, sentí tu estar, tu contención. Sobre todo hoy que estamos tratando de volver a la presencialidad de encontrarnos, está buenísimo saber que existe la posibilidad de hacer esto tan valioso de manera virtual. Es posible, es posible hacerlo. 

Silvana: Uno pensaría que no se puede generar un vínculo, una relación, y sin embargo, sí. Trato de generar un entorno de calidez, que uno se sienta cómodo, que nos sintamos en un lugar protegido. Se establecen relaciones muy lindas, muy sólidas.
Y justamente parte de mis proyectos para el 2023, en la medida de lo posible, es tener talleres presenciales, porque es muy lindo trabajar todo esto de manera grupal. Aunque uno podría preguntarse, ¿pero cómo va a trabajar temas tan íntimos de manera grupal? Y sí, se puede, se puede trabajar de manera grupal temas personales y la energía del grupo es bárbara porque te ayuda, te hace sentir acompañado aunque cada uno esté trabajando lo suyo y después no hay que compartir necesariamente lo que uno está escribiendo. A veces uno comparte lo que le generó escribir, pero no necesariamente comparte el contenido de lo que escribió. Pero la energía del estar trabajando todos, cada uno en sus temas personales, hace que uno se sienta muy acompañado. Es muy lindo.
Es muy lindo también trabajar en talleres específicos, con técnicas específicas. He hecho talleres sobre “Cartas que Nunca Enviaré”, por ejemplo, o de “Listas”, o “Diálogos”. Son talleres puntuales que pueden durar una hora, hora y media. 

Mi idea es ir llevando de forma itinerante esos talleres a distintos lugares e ir conociendo a las personas que conocí de manera virtual para conocerlas en persona. 

Y si me dejás soñar…, te cuento que me encantaría hacer algún retiro de escritura terapéutica de un fin de semana. 

M.Belén: Vamos a ir intencionando para que tu trabajo llegue aquí a las sierras. Así que desde ya intencionado eso !!

Silvana: Las sierras es uno de los primeros destinos. 

M.Belén: Sí, esto me gusta. Entender que la escritura es un proceso creativo además de reflexivo y terapéutico. Y que no necesariamente todo tiene que ser por temas dolorosos. También entender que vos brindás ese espacio para nuestra parte creativa, ofreciendo un montón de otras herramientas para poder desarrollarnos, expandirnos,  en nuestra creatividad a través de la escritura. 

Silvana: Sí, es así. En base a eso que mencionaste de otros recursos, te quiero contar algo. Me voy fijando en lo que le puede servir a cada persona para expresar su interior, o para deshacerse de sus bloqueos. Por ejemplo, en alguna oportunidad estuve incorporando la danza con movimientos libres y la música. Hace poco estaba en un encuentro virtual con una persona que no paraba de moverse en su silla del otro lado de la pantalla. No se quedaba quieta. Estaba todo el tiempo moviéndose. Entonces cuando le preparé las consignas de la semana, le propuse que antes de escribir siguiera el link que la llevaba a una música tribal, con mucha percusión, que se inicia con mucha suavidad y se va incrementando la percusión, y que se moviera libremente, que dejara al cuerpo moverse libremente. Que no se expresara a través de las palabras sino a través del movimiento del cuerpo. Es decir que ahí  ¿qué estamos usando? Recursos de la música, con los tambores que te vibran hasta lo más profundo de la caja torácica. Y utilizando la danza como expresión para mover los brazos, los hombros, lo que quieras como sea. Y recién después tenía que escribir las consignas del cuadernillo de la semana. Resultó fabuloso. Esos bloqueos que estaba teniendo se fueron ablandando, moviéndose y desapareciendo con la música y con la danza. Ahora,  ¿qué pasa si nos hubiéramos quedado nada más con la música y con la danza? No hubiéramos podido traer a la consciencia lo que fue pasando. Entonces la música y la danza fueron buenísimas para desbloquear y luego con la escritura trajimos a la consciencia lo que pasó. Es más completo, más valioso. 

Todo lo que sea traer a la consciencia nos hace crecer más. Por algo lo tuyo se llama espacio consciente, por algo hacemos conversaciones conscientes, por algo ponemos tanta atención en hacer conscientes los procesos. 

M.Belén: Contame qué es lo que vos sentís al acompañar a otras personas, al contener, al momento de brindarte, cuando estás viendo en primera fila el proceso, el camino de escritura de la persona con la que estás. Porque no son pacientes.  ¿Son pacientes los que llegan a vos?

Silvana: No, no. No los llamo pacientes, para nada. Todavía no tengo la palabra exacta, pero definitivamente paciente no. Porque paciente a mí me parece que primero, puede llegar a remitir al concepto de enfermedad. Viste que cuando alguien está enfermo, va al médico y se lo llama paciente. De ningún modo considero que quien se acerca a hacer estas actividades esté enfermo. Por otro lado paciente remite también a la paciencia y a la pasividad de esperar y lo último que hay en estas actividades es quietud y pasividad.

M.Belén: Tal cual. Doy fe.

Silvana:  El otro día le estaba dando un ejemplo a una amiga, se lo estaba contando de manera graciosa y ella me dijo: “Tenés que compartirlo porque es muy didáctico esto que me estás explicando.
Entonces yo le decía: “mirá, un paciente sería alguien que se sube a una góndola,  ¿viste la góndola en Venecia?, se sube a la góndola, se sienta cómodamente y yo como un gondolero me pongo a remar con el paciente en la góndola. Bueno, eso no. Eso no es lo que hacemos”.
Más bien, yo te invito a que te subas a un kayak.  Es tu kayak y yo voy a estar en mi kayak, y vamos a explorar distintos territorios, que son los territorios que vos necesitas explorar. Ahora, yo voy a remar en mi kayak pero vos vas a remar en el tuyo. Si vos no remás en el tuyo no vas a avanzar nada. Porque yo no voy a remar en tu kayak. Yo voy a remar en el mio para acompañarte siempre cerca de tu kayak. Muchas veces delante tuyo para motivarte, otras veces al lado, otras, detrás, observándote. Pero a cargo de tu kayak estás vos. 

M.Belén: Yo quiero contarles a todos que con Silvana trabajamos mucho. Mucho pero mucho. 

Silvana:  ¿Y qué quiere decir eso? 

M.Belén: Quiere decir que trabajamos mucho en los encuentros en vivo y muchísimo, pero muchísimo, entre las semanas, entre los encuentros. Porque no siempre fueron una vez por semana porque había tanto para escribir y pensar y reflexionar y volver a escribir que yo necesitaba más tiempo que una o dos semanas entre encuentros. 

Silvana: Sí, claro. Cada una en su kayak, ambas trabajamos muchísimo. 

Y ahora te respondo lo que preguntaste antes; Qué me produce a mi. Yo voy entrando en terreno desconocido. Porque yo voy con mi kayak aventurándome por los paisajes de la persona que estoy acompañando, poniendo mucho respeto, mucho cuidado, mucha atención. Porque si lo que voy a hacer es acompañar, contener y orientar, tengo la gran responsabilidad de ir poniendo mucha atención a todo lo que voy viendo, para tratar de ir viéndolo de una manera sistémica. Porque esa persona es un pasado, es un presente, es una familia, es un entorno. Entonces voy acompañando con mucho respeto por todo ese entorno como para orientar, contener y acompañar de la mejor manera y en eso aprendo yo también tantas cosas. Y la experiencia de la otra persona me toca tan profundamente a veces. Y vos lo sabés, Belén, porque te lo he dicho. Tantas cosas que aprendí de tu camino. Tantas cosas que me llevo yo, en mí, para siempre, que aprendí acompañándote en tu camino. Yo salgo también enriquecida de cada proceso que acompaño. 

M.Belén: Gracias!! Entre ellas girasoles, nuestro mundo de girasoles.

Silvana: Los girasoles han pasado a ser nuestro código comunicacional, sí. 

M.Belén: Ahí Rodrigo, mi marido, dice que da fe de lo mucho que trabajamos. Cada vez que se acercaba, lo hacía callarse porque estaba concentrada escribiendo.…

Marielly nos dice: “La Dra Silvana es una orientadora del alma”.

Silvana: Gracias, muchas gracias. 

M.Belén: Antes de terminar quiero invitar a todos a que visiten el Instagram de Silvana Escribo mi Mundo. Tiene su página web escribomimundo.com y en todos los lugares tiene mensaje privado, email, whatsapp para que la contacten. Y ella contesta siempre. Así que los invito a que la sigan, a que compartan, a que se animen a hacer un proceso con ella porque la verdad es que es muy lindo. Y sé que yo voy a seguir conectada a Silvana porque me encanta lo que hace, es super sanador, siento que uno puede transmutar y eso es hermoso. Y yo te agradezco un montón, Silvana querida de mi corazón. Estoy super emocionada de que estemos en este momento. El camino se seguirá tejiendo para nosotras, estoy re segura de eso.

Silvana: Yo quiero agradecerte, porque es la primera vez que hablo abiertamente de Escribo mi Mundo y de todo lo que hago a través de Escribo mi Mundo, entonces te estoy super agradecida. Y quiero animar a todas las personas que se interesen a que escriban por el Instagram lo que quieran escribir cuando pongo algún post. Si quieren participar, si quieren escribir comentarios, inquietudes, si tienen preguntas, porque a mí me encanta contestar y es una forma de estar en contacto y de participar. Y quiero agradecerle a todas y a todos los que estuvieron hoy y a quienes verán la grabación.

M.Belén: Gracias y que se multiplique tu jardín y si es de girasoles mucho mejor !!









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